La biología es la ciencia que estudia a los seres vivos, su ciclo vital, su evolución  y las interacciones entre ellos y su entorno. Podemos establecer unas leyes generales que rigen la vida orgánica y que pueden ser también de aplicación en el ámbito de las empresas.

Al fin y al cabo, un ser vivo se define como un Sistema: Complejo (con estructura), Organizado (interrelacionado con el entorno) e Independiente (capaz de crecer y reproducirse). ¿No es acaso esto mismo una empresa?

La vida no es eterna

En biología, lo que da sentido a la vida es precisamente que la vida es “finita”. Todos los organismos vivos nacen y mueren en un eterno ciclo en el que no existe la inmortalidad (salvo algunas excepciones inquietantes como alguna planta acuática que se perpetúa mediante clonación o un pino longevo de más de 5000 años en las montañas de California).  

Esta es la primera analogía que podemos aplicar al mundo de la empresa: al igual que se crean, las empresas van a desaparecer, es ley de vida. Y, desgraciadamente, ninguna escuela de negocios enseña cómo cerrar empresas y cómo vivir este proceso de forma natural. Verdaderamente ¡tan importante como fundar una empresa es saber cerrarla bien! Pero, normalmente esa es una asignatura que se aprende a base de cabezazos y dramas personales.

El principio del ciclo vital

La segunda analogía es la similitud de las distintas fases de desarrollo empresarial con las fases biológicas de un ser vivo. Aunque cada empresa es un caso particular y la duración de cada etapa es variable, se pueden distinguir las siguientes etapas: desarrollo embrionario, nacimiento, crecimiento y reproducción, madurez y envejecimiento y muerte  (o renacimiento). Veamos las principales características de cada fase:

Desarrollo embrionario

  • Previo a la constitución formal de la empresa
  • Fase de ideas y planes sobre el papel
  • Altas dosis de ilusión y muy abiertos a la imaginación
  • Sin embargo, esta fase resulta fundamental porque contiene el germen de todo el desarrollo posterior.

Nacimiento

  • Momento de máxima innovación
  • Estructura pequeña e informal
  • La estrategia de penetración en el mercado es compitiendo a precios bajos o buscando un nicho de mercado
  • Como en el mundo natural, el nacimiento es un momento delicado porque necesita mucho apoyo (genera pérdidas que se cubren con financiación)  y tiene mucho riesgo de mortalidad prematura (casi tres cuartas partes de las empresas no sobreviven a esta fase).

Crecimiento y reproducción

  • Para llegar a esta fase es importante: tener una clara ventaja competitiva, tener una buena cartera de clientes satisfechos, una deuda asumible y los costes controlados.
  • Se fidelizan clientes, se abren nuevos mercados y se desarrollan nuevos productos o se mejoran los existentes
  • Se amplía la estructura, se delegan ciertas decisiones y se establecen protocolos internos

Madurez

  • Se alcanza el tamaño óptimo en el mercado y se inicia una competencia intensa con las empresas importantes del sector.
  • Se adopta una estrategia defensiva para adaptarse rápidamente a los cambios.
  • El objetivo es alcanzar la eficiencia en todos los aspectos: añadir valor al producto, incrementar márgenes…
  • La estructura de la empresa se amplía y se hace más compleja, con el riesgo de burocratización

Envejecimiento y muerte

  • Se suele llegar a esta fase por falta de adaptación al mercado
  • Estructura excesivamente burocrática y escasamente innovadora
  • Si no se pone remedio, esta fase acaba en liquidación y muerte de la empresa

Renacimiento

  • Si no se quiere llegar a esto es necesaria la “Reinvención” de la empresa: nuevos productos, nuevos mercados.
  • Descentralización de decisiones pero mayor coordinación.
  • Fomento de la innovación: grupos de mejora, innovación en procesos, productos, organización, etc.
  • Se crean divisiones, filiales y se coopera con otras empresas para lanzar nuevos proyectos

La vida evoluciona

Una tercera analogía es que en este ciclo todo cambia y nada permanece inmutable. Aquellos seres vivos que se adaptan mejor a las cambiantes condiciones de su entorno son los que mejor sobreviven y no son siempre los más grandes ni los más poderosos. Este mecanismo permite que los seres vivos evolucionen y da dinamismo al sistema.

Esto mismo ocurre en las organizaciones empresariales: no sobrevive siempre el más grande o que lleva más tiempo en el mercado sino el que sabe adaptarse a cliente y ofrecer lo que las tendencias de consumo más demandan. Tener la flexibilidad de adelantarse a estos cambios es lo que define a los proyectos exitosos, independientemente de su tamaño o longevidad en el sector.

La vida se desarrolla en un ecosistema

Y una última analogía nos habla de que todo está interrelacionado, como en un ecosistema natural. Los recursos naturales, agua, nutrientes, energía, plantas, animales, hongos y demás integrantes del bioma conforman un sistema de relaciones en el que la falta o exceso de uno de ellos influye y está controlado por el resto de agentes del ecosistema.

Lo mismo podemos ver en las empresas. La disponibilidad y precios de las materias primas, la relación con los proveedores y clientes, el clima laboral entre los trabajadores, las condiciones macroeconómicas generales, la fortaleza de los competidores o la presión normativa y fiscal son factores que interactúan e influyen en los resultados globales de la empresa y en cada uno de los aspectos considerados.

En definitiva, podemos afirmar que la empresa es un organismo vivo y, como tal, aceptar el carácter perecedero, cíclico, cambiante e interdependiente de las organizaciones desde un enfoque biólogico puede ser eficaz de cara a entender sus retos y sus posibles soluciones.

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