La planificación supuso un gran paso cuando se asumió, hace más de medio siglo, como una de las funciones esenciales de la Dirección. La planificación consiste en prever lo que va pasar en lugar de limitarse a reaccionar ante los acontecimientos que se vayan presentando.
Sin embargo, en un entorno empresarial cada vez más cambiante, planificar se ha convertido en un ejercicio de adivinación muchas veces insuficiente e inútil. ¿Para qué vamos a prever nada, si luego no se va a cumplir porque aparece algún imprevisto que lo fastidia todo?
Además la planificación puede dar una sensación de pérdida de libertad. Si no planificamos, no adquirimos el compromiso de hacer algo, y así no nos sentimos culpables en el caso de no hacerlo.
Incluso la planificación parece una cosa poco atractiva para las personas aventureras y creativas que hacen las maletas unos minutos antes de salir y deben recurrir continuamente a su ingenio para salir adelante.
Efectivamente, cuando no se hacen planes surgen un montón de oportunidades para demostrar nuestra capacidad de reacción, pero también aparecen al final la frustración y el desaliento.
Si no queremos que el estrés y la improductividad se enquisten en el entorno laboral, es la persona la que debe dirigir su trabajo, y no dejarse arrastrar por él.
La planificación se enfoca en intentar, en lo posible, disminuir la incertidumbre que presenta el futuro. Cuanto mejor planifiquemos, menos incierto será ese futuro. No importa tanto la exactitud de nuestro acierto como la posibilidad de disponer más tiempo para los aspectos más importantes del trabajo.
Por otra parte, la planificación también aumenta el compromiso con la decisión tomada. Para aumentar este efecto es conveniente consultar la planificación con las personas implicadas en ella, jefes, ayudantes, compañeros, colaboradores…, con el objeto de consensuar los compromisos adoptados.
En definitiva, con la planificación ocurre como con la pescadilla que se muerde la cola: no se puede planificar porque no se tiene tiempo, pero no se tendrá más tiempo si no se planifica.
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