Hoy martes y trece de Abril de 2021, cumple sus 99 años, apagándose en una cama de hospital, un viejo emprendedor al que tengo el honor de llamar “aita”.

Su historia es la de tantos otros que pasaron la guerra y sus penurias y sobrevivieron al albor de su trabajo y esfuerzo. Vizcaíno, huérfano de madre, superviviente del bombardeo de Durango y exiliado de niño a Francia pudo volver a estudiar después de la guerra y convertirse en profesor de la escuela de aprendices de Vitoria, donde formó a centenares de alumnos en técnicas de taller. En 1958 montó su propio negocio centrado en la fabricación de mobiliario urbano con chapa perforada, a la vez que formaba una familia con su mujer, sus suegros y mis dos hermanas y yo.

Poco a poco su taller se fue convirtiendo en una empresa industrial con más de 30 trabajadores y durante 58 años equipó miles de parques infantiles con juegos, bancos y papeleras en todo el territorio nacional. La pasada crisis financiera acabó con aquel proyecto,  pero aún se pueden ver los viejos equipamientos de la marca YOR en muchos espacios públicos.

A la 2ª generación de la empresa familiar, a veces nos ha costado reconocer el mérito de todos esos emprendedores fundadores que partieron de cero y en un entorno de carencias supieron desarrollar sus proyectos con tesón y constancia. Por ello quiere recopilar en este post, como homenaje, el legado que este veterano industrial, como tantos otros de aquella generación perdida nos dejaron. Ellos no estudiaron economía ni gestión de empresas pero tenían la sabiduría de una vida forjada en el trabajo.

DECALOGO DEL VIEJO EMPRENDEDOR:

  1. APROVECHA LO QUE TIENES: Una de las frases más repetidas de mi padre era “Hay que arar con los bueyes que tenemos”, cuando me quejaba de lo que no teníamos y no era consciente de las capacidades de nuestra gente.
  1. INNOVA: Su obsesión era estar siempre creando nuevos elementos de juego para aumentar el catálogo de productos: “Siempre hay que sacar algo nuevo”.
  1. RELATIVIZA LOS PROBLEMAS: Cuando algo parecía sobrepasarnos me repetía: “Si se soluciona con dinero, es que no es tanto problema”, y efectivamente, no había problema irresoluble que preocupara eternamente.
  1. SÉ GENEROSO: A pesar del lógico orgullo del padre que quiere que los hijos continúen con el negocio, él siempre nos dijo: “Estudia lo que quieras, que el taller siempre estará allí”.
  1. ACTÚA BIEN: Su mayor virtud ha sido siempre su bonhomía, frente  a clientes, empleados y colaboradores y su máxima: “Ante la duda, es mejor pecar de bueno.”
  1. DISFRUTA DE TU NEGOCIO: Siempre ha dicho, incluso ya pasado su derecho a retirarse que “Esto es lo que me gusta y esta es mi vida”. Sin embargo tuvo la generosidad de ponerse a un lado cuando las nuevas normas técnicas le sobrepasaron.
  1. JUEGA PARA GANAR: A mi padre le llamaban los amigos: “El número 1”, por el pundonor de querer ganar en cada juego, ya sea jugando pelota, a mus o en sus negocios. Y no era por obtener más beneficios, sino por el gusto por hacer las cosas bien.
  1. ESFUÉRZATE: Una frase que me ha acompañado mucho era “El que hace lo que puede no está obligado a más”. Me permitía reconfortarme cuando mi esfuerzo, preparando una oferta o un proyecto no obtenía recompensa, valorando también la importancia de haberlo hecho lo mejor posible.
  1. REINVIERTE EN TU PROYECTO: Esta es una creencia que muchas veces discutía, pero él me enseño que todos los beneficios se debían reinvertir en la empresa. Supongo que era necesario alimentar los sueños para que crezcan.
  1. SIÉNTETE SATISFECHO: Y por último, el aprendizaje de no quejarse y sentirte a gusto con lo que se tiene y cómo se vive. Mi padre siempre decía, recordando su vida. “Yo he vivido bien”, a pesar de todas las penurias pasadas que en nuestra generación ni siquiera hemos conocido. Y eso es el germen de la verdadera felicidad.

Gracias, aita, por todos estos aprendizajes. En tus casi 100 años has sido una referencia para mí, para tu familia  y para todos con los que has coincidido. Mi sentido homenaje a mi padre, un viejo emprendedor, y mi amor y reconocimiento por todo lo que me has enseñado. Eskerrik asko, aita.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies